São Paulo (Diálogos del Sur Global): La Cumbre de la OTAN de 2025 en La Haya, Países Bajos, expuso de manera brutal la sumisión de Europa a los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Por Paulo Cannabrava Filho
El acuerdo firmado entre los 32 países miembros, incluidos los recientemente incorporados Suecia y Finlandia, prevé un aumento significativo en el gasto militar, la reorientación de las industrias armamentísticas y el compromiso de enviar continuamente armas y municiones a Ucrania, además de un plan quinquenal para preparar al país para su integración en la Alianza.
Esta escalada bélica se presenta como respuesta a la “amenaza rusa”, pero, en realidad, revela el fracaso de los proyectos europeos de soberanía y cooperación regional.
En lugar de buscar caminos de paz y reconstrucción, Europa profundiza su dependencia del complejo militar-industrial estadounidense, que durante décadas ha presionado a los aliados para que aumenten sus inversiones en defensa.
Más aún: al consolidar a la OTAN como el brazo armado de una nueva guerra fría, los países europeos renuncian a su autonomía y a sus posibilidades de articularse con Asia y el Sur Global. Se encaminan, una vez más, hacia el abismo de una guerra que no les pertenece y que, como siempre, se librará en suelo europeo.
Como bien advirtió el ex primer ministro italiano Massimo D’Alema, los verdaderos desafíos de la seguridad global no son militares: son las desigualdades, las migraciones forzadas, el cambio climático, el hambre. En lugar de invertir en soluciones para estos males, los gobiernos prefieren alimentar la industria de la guerra. Al fin y al cabo, como decía Eisenhower, pocos ganan mucho con esto.
Quedan las preguntas: ¿Quién está interesado en esta guerra? ¿Quién gana con ella? ¿Quién pierde? ¿Quiénes son los enemigos? ¿Para qué sirve la OTAN? ¿Hasta cuándo los pueblos europeos aceptarán ser arrastrados a guerras ajenas en nombre de una seguridad que nunca se materializa?
Al ver a Asia como enemiga en lugar de como aliada, Europa pierde una oportunidad histórica de integrarse en una de las regiones más dinámicas del mundo. Imagínese lo que sería una Europa articulada con los recursos naturales, energéticos, tecnológicos y humanos de los países asiáticos.
Los efectos positivos de la integración son cada vez más evidentes en los proyectos liderados por Rusia y China, como la Nueva Ruta de la Seda, que ya conecta comercialmente a más de cien países.
En lugar de apostar por la guerra, Europa podría apostar por la cooperación y la reconstrucción de un orden multipolar basado en la paz y el desarrollo común.
Esta ceguera estratégica no es nueva. Napoleón y Hitler, en su arrogancia, también intentaron conquistar Rusia por la fuerza y fracasaron.
La Europa de hoy parece repetir el error, ignorando que la cooperación produce más frutos que la confrontación.
Leído en https://vocesdelsur.prensa-latina.cu/a-europa-em-marcha-acelerada-para-a-guerra/